Es importante a este respecto entender que, aunque nos parezca en un primer término que sí, no todos los seres humanos somos iguales a este respecto. Por ejemplo, la presión normal y suave de una camiseta de algodón o el paso sutil de la lengua de un amante por la piel son sensaciones ante las que una gran mayoría de las personas experimenta placer, pero para los pacientes con alodinia táctil puede suponer una notable molestia. La alodinia es la percepción anormal del dolor, y por ello las personas que la padecen reaccionan de manera distinta a estímulos más o menos corrientes.
Fuente: El Confidencial