El nombre Zenith fue escogido en referencia al cénit, punto más elevado del cielo, y representado con una estrella. Un maridaje, nombre y logo, muy bien elegido.
Dentro de la historia de Zenith, uno de los capítulos más gloriosos fue la presentación en 1969 del calibre ‘El Primero’. Primer calibre cronógrafo en una maquinaria automática (hay que reconocer que saben escoger los nombres). Esta maquinaria tiene una precisión de una décima de segundo y aún a día de hoy sigue fabricándose.
Zenith, como “manufacturera relojera”, ofrece a otras marcas sus mecanismos para montarlos en sus propios modelos. Muchos os sorprenderéis, pero dada la calidad de este mecanismo, los archideseados Rolex Daytona estuvieron durante muchos años montando un mecanismo cronógrafo Zenith.
Pero volviendo a nuestro “amigo Felix», el modelo que llevó en su epopeya es solo uno de los 17 que componen a día de hoy la gama ‘El primero’ dentro de la marca Zenith. Personalmente, y a no ser que os gusten los modelos más radicales y que se diferencien por hechos así, no recomiendo escoger el modelo ‘Tributo a F. Baumgartner’, sino los modelos Chronomaster 1969 o el Striking 10 TH, que tienen toda la esencia del primero, pero en un tamaño más adecuado para el uso diario (42mm frente de los más de 45 mm).