Ahora bien, no sabemos como los hipsters van a tomarse que su estilo se comience a masificar, que es de lo que precisamente huyen. Ironías aparte, lo cierto es que se trata de una tribu urbana que poco daño hace a la sociedad. La mayoría están bien formados, son responsables y entusiastas con su trabajo, y exprimen al máximo las posibilidades de una gran ciudad.
También caen en superficialidades, pero todos lo hacemos. Probablemente muchos de nosotros tengamos actitudes hipsters, sobre todo los que somos hijos de los ochenta y nos rodeamos del mismo contexto. Lo mordaz viene a raíz de los perfiles que cumplen la mayoría de características que se han venido enumerando en el artículo. Ahí ya no se trata de personalidad, sino de apariencias que dan pie a crear un estereotipo. Y esta era la intención del artículo, hacer un retrato satírico del estereotipo hipster. Dicho esto, me voy de brunch.