El primer condón con alas nació para combatir ese fastidioso momento en el que se interrumpe una relación para colocar el profiláctico. Wingman, aseguran, se coloca en tan solo dos segundos y en un único movimiento fluido, por lo que la pérdida de tiempo es ínfima. También la sensación es más natural que con otros preservativos, al ser ultrafino, suave y flexible, y completamente inodoro.
Wingman ya ha recibido dos premios de diseño, y la mayoría de sus usuarios están encantados con estos nuevos condones: el 78% cree que es el mejor preservativo de la historia y el 86% está tan satisfecho que a partir de ahora prefiere mantener relaciones sexuales con un Wingman. Probarlos es fácil, tan solo has de meterte en su página web y pedir una caja. Y no, no son más caros que los de una marca convencional.