Sin embargo, para llegar al punto de desarrollar cáncer por el VPH, tu sistema inmunológico tiene que estar muy débil, de manera que las personas que son portadores del VIH suelen ser susceptibles a contraer también el VPH, aunque esto no significa que todos aquellos que son VIH positivo tienen VPH o tienen riesgo de padecer VPH de tipo cancerígeno, ni tampoco significa que aquellos que no sean VIH positivos están exentos de padecer algún tipo de VPH.
Comúnmente, el VPH suele transmitirse por contacto sexual con una persona infectada, pero también con el contacto simple de piel con piel, es decir, que en una relación sexual, incluso el roce (aunque haya habido protección) puede transmitir este tipo de virus, de manera que estas verrugas también pueden aparecer en otras partes del cuerpo, no solo en los genitales.
Dependiendo del tipo y el tamaño de las verrugas que tengas, existen varios tipos de tratamiento. Por un lado, las verrugas pueden ser quemadas con un ácido especial, pueden ser congeladas para ser eliminadas de la piel, y en casos más complicados se pueden remover quirúrgicamente. En el caso en que los condilomas o verrugas aparecen escondidos dentro del recto, y que se pueden confundir con hemorroides o no son visibles tan fácilmente, es muy común removerlos a través de una intervención quirúrgica. Sin embargo, en la actualidad ya ha sido aprobada algunas vacunas contra el VPH que se está suministrando en varios países, que dependiendo de la región en la que te encuentres puedes acceder a ellas inmediatamente o apuntarte en una lista para realizar los exámenes y análisis necesarios para identificar si es o no necesaria alguna vacuna.