Todo el interior ha ganado en calidad, en empaque, y tiene un aspecto mejor, con ajustes muy mejorados a todos los niveles. Sigue teniendo ese “aire” Volkswagen, de buen producto, sobrio y sin lujos excesivos, pero ahora la calidad se nota más.
Nos ponemos al volante y notamos rápidamente que la dirección tiene un comportamiento diferente, motivado por el sistema Line Assist que va leyendo las líneas de la carretera y nos ayuda de forma activa a mantenernos en el carril, incluso moviendo el volante. Es un tacto peculiar, pero no tiene movimientos tan acusados como otras marcas con sistemas similares. En el Passat se nota que, con poner la mano en el volante, ya tienes el control. El sistema funciona muy bien y es capaz de activar los frenos para despertarnos si detecta que nos hemos dormido mientras mantiene el coche en el carril.
Son estos detalles los que nos avisan que estamos ante un coche especial y muy tecnológico. El cuadro de mandos es un TFT de 12,6 pulgadas a color donde podemos elegir la información que queremos ver. Incluso con toda la información disponible, mapa entre los relojes incluido, no se hace apabullante. Es más, nos parece imprescindible.
