El manto verde de sus colinas, pobladas por millones de árboles, propician que el 75% del territorio vietnamita esté compuesto por bosques tropicales. Pero éstos casi siempre desembocan en playas de postal, configurando un entorno tan particular como desconocido en Europa.
Nos referimos a más de 3.000 kilómetros de playas bañadas por las azules aguas del Pacífico. Sin temor a equivocarnos, podemos definir a Vietnam como un país con identidad turística única, pero a la vez, lleno de contrastes, sobre todo, geográficos y naturales. El entorno de sus playas de arena blanca y aguas transparentes está marcado por colinas de densa vegetación tropical, palmeras, campos, y ríos interiores flanqueados por arrozales que desembocan en el mar.
Los atardeceres de las playas vietnamitas son conocidos por su poder para despertar los sentidos más profundos y bellos del turista. Una sensación que, según muchos, sólo se puede vivir en este país que reúne como pocos la combinación perfecta del verde intenso de la selva con el azul irrepetible de su mar.
