Este es la explicación científica por la que tanto nos gustan los vídeos de animales

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Se llama Maru. Es una gata. Japonesa. Le encanta esconderse en cajas de cartón. Pero no es como el resto de su especie. Maru tiene el título Guinness World Records por ser el animal con mayor número de reproducciones de YouTube (más de 340.000.000 visualizaciones). Y no es la única.

Mishka es un perro estadounidense que acumula más de 800.000 seguidores en esa misma red social. Grumpy Cat, un gato con enanismo felino y expresión de enfado permanente, ha generado a su dueña más de 100 millones de dólares entre vídeos y merchandising (según cuenta su mánager, Ben Lashes). Lil’ Bub es otro gato que acumula más de 2,8 millones de seguidores en Facebook y 1,2 en Instagram. Boo es un perrito adorable que ha alcanzado más de 17 millones de seguidores en la red de Mark Zuckerberg, además de acuerdos publicitarios con numerosas marcas… La lista es interminable. ¿A qué se debe la fascinación por estas pequeñas criaturas?

La investigadora Jessica Gall Myrick, autora del estudio Regulación emocional, procrastinación y vídeos felinos online: ¿quién ve esos gatos, por qué y con qué efecto?, publicado en Computers in Human Behavior, detalla que al ver este tipo contenidos nos sentimos más alegres y esperanzados. Y no solo eso. Según una investigación de científicos de la Universidad de Hiroshima (Japón), observar esta clase de vídeos también nos hace mejores en el trabajo, ya que facilitan nuestra concentración y el grado de detalles. Pero no todos los animales nos gustan de la misma manera. Descubre, en el vídeo cuál es el motivo definitivo por el que nos pirran los vídeos de Maru, Mishka y compañía (y qué relación guarda con Elsa de Frozen o Mickey Mouse):

Fuente: El Pais

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