Los personajes y pistas son otro de sus puntos fuertes. Hay que ir desbloqueándolos a medida que se avanza y se mejora el vehículo gracias a las monedas que recolectamos en las carreras. Nos encontraremos con todos los protagonistas clásicos (Mario, Luigi, Wario…) y a nuevos como los koopalings y alguno más que debutan en la serie, más la posibilidad de usar nuestros propios Miis.
En cuanto a las pistas, tanto las nuevas como las clásicas (renovadas pero con el espíritu de siempre y, ojo, la misma banda sonora que las acompañaba en sus respectivas ediciones) son de las que quitan el hipo con diseños imposibles y la posibilidad de jugarlos a la inversa una vez finalicemos el modo Grand Prix.
En cuanto a los fallos, pocos modos (los clásicos Grand Prix, Contrarreloj y Carrera Vs.), incluyendo un modo batalla algo pobre y con un uso de ítems bastante descafeinado. Esta vez no podremos recoger nuevos ítems para lanzar o usar hasta haber agotado el que hayamos recogido antes, lo que resta posibilidades a la estrategia en carrera. La única mejora es algún ítem nuevo y la posibilidad de verlos en la mano de nuestro personaje mientras lo usa, aunque la impresión general es que no se han roto demasiado la cabeza en este aspecto.