Lo primero que llama la atención es el apartado gráfico. Por primera vez la saga entra en el mundo HD y se nota. Nada de lo visto en Wii U hasta el momento puede hacerle sombra. Estamos hablando de 60 imágenes por segundo en el modo de uno o dos jugadores y 30 imágenes por segundo si juegan tres o cuatro personas sin que en ningún momento se resienta la jugabilidad a pesar de la pantalla partida.
El nivel de detalle (pelo de los personajes moviéndose al viento, efectos de la luz de los coches en lo túneles, etc) es asombroso y si lo unimos a lo colorido de los escenarios y pistas nos da como resultado una experiencia visual nunca vista en la saga.
La jugabilidad es otro de sus puntos fuertes. A todas las virtudes de anteriores ediciones han añadido un modo antigravedad que añade miga a la ya de por sí locura que se desata en cada una de las partidas. Al avanzar en las pistas no encontraremos con unas bandas azules, la forma de las ruedas cambiará (ya sea de nuestro coche o moto, vehículo que vuelve a estar disponible en esta entrega) y podremos circular por tramos con ángulos imposibles.
