Desde La Emergencia (Segunda Guerra Mundial) hasta 1960, Dublín permaneció como una capital fuera del tiempo: el centro de la ciudad en particular se mantuvo en reposo arquitectónico, lo que la convirtió en un lugar ideal para filmar películas. Muchas producciones, como The Blue Max y Mi pie izquierdo, capturaron las vistas de ese tiempo y fueron el antecedente de éxitos cinematográficos y producción de películas.
Con el aumento de prosperidad, se introdujo la arquitectura moderna en la ciudad, aunque se comenzó una vigorosa campaña para restaurar la grandeza de la época georgiana de las calles de Dublín.
Desde 1997, y como parte del fenómeno llamado «milagro económico irlandés», el paisaje de Dublín ha cambiado inmensamente debido a enormes inversiones (tanto estatales como del sector privado) para el desarrollo del comercio, la vivienda y el transporte. Algunas de las calles más conocidas aún conservan el nombre del pub o del negocio que ocupaba el lugar antes de su cierre o reconstrucción.