Dirigiéndonos al norte de Cedeira y con la compañía inexorable del océano infinito, la costa vuelve a elevarse considerablemente y los bosques no solo incrementan la lindeza del paisaje, sino también sirven de antesala para descubrir uno de los pueblos más emblemáticos y típicos de Galicia.
San Andrés de Teixido destaca por su interés religioso y etnográfico, pero también se cubre de enigmas. Estos tienen su raigambre en el hecho de que aún hoy perduran costumbres y cultos animistas que se remontan a la época precristiana. En los alrededores del pueblo, el Bosque animado no está exento de supersticiones y leyendas, pero a pesar de que quizá se nos ericen los vellos de la piel, vale la pena visitarlo.
Muy cerca de San Andrés se levanta el acantilado más alto de Europa. La garita de Herbedia. Seiscientos veinte metros de elevación que sirven de refugio para pastores y nos regala un mirador desde el que sentiremos la paz y la suave energía de algo superior. Muchos llegan a la conclusión de que todo lo que nos rodea es superior; es el dominio absoluto de la naturaleza, de su inmensidad, de su espectacular belleza y de su inmortalidad.