Pero a lo que vamos. La Viagra no solo puede tomarse en caso de sufrir disfunción eréctil de forma crónica. Todo lo contrario, muchos hombres en algún momento de sus vidas podrían tener la necesidad de acudir a este tipo de pastillas, por estados temporales de ansiedad, depresión o estrés laboral.
Algo tan sencillo como tener demasiadas cosas a la cabeza puede provocar estos incómodos problemas de erección. Y algo tan sencillo como acudir al médico para adquirir una receta y tomar esta medicación para ponerle solución, ¿no creéis?
Del mismo modo, ¿por qué ocultárselo a nuestro pareja? Sinceramente, ella se va a dar cuenta… La rechazas, evita el contacto o de repente, todo funciona de maravilla ¿Cómo puede ser?
Por tanto, y como compartir es vivir, no le niegues que estás tomando este tipo de medicación o que estás pensando en tomarla, porque ya es hora de… ¡olvidarte de esos problemas y disfruta de tu vida sexual plenamente!