Vence al estrés posvacacional

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Para superar esta situación generada por nuestra propia forma de ver las cosas, es importante abandonar las auto-exigencias, dejar de creer que somos imprescindibles, y modificar creencias negativas y erróneas. Estas últimas se manifiestan en pensamientos del tipo: “si no lo hago yo, no lo hace nadie”, o “nadie lo hace tan bien como yo”. Tirar de una pizca de humildad cuando tenemos estas creencias, y aprender a pedir ayuda, puede ser una medicina muy eficiente.

Como con casi todos los desasosiegos de origen mental, con el síndrome post-vacacional también es importante adoptar una actitud activa y de cambio, reemplazar nuestros pensamientos y emociones negativas por otros en los que prime todo lo positivo que el trabajo nos puede aportar, aunque en este momento, no sea mucho.

El hecho de regresar de las vacaciones con una predisposición dispuesta a propiciar vínculos sanos con nuestros compañeros de trabajo, puede ser una parte importante de la solución del malestar.

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