Además del corte, también se le proporcionó ropa nueva y accesorios, y la transformación fue radical, ni el mismo José Antonio se la creía: “¡Joder! ¡Dios mío! No me reconozco”, decía mientras lo embarga una ola de emociones encontradas.
Así, vemos al buen Josete salir a las calles de Palma para que sus amigos lo vieran, y unos ni siquiera lo reconocían, otros en seguida lo abrazaron, pero una cosa es segura, todos se alegraron por Josete, a quien, sin duda, esta transformación le cambió la vida.
Mira el video:
Fuente: La Guía del Varón