Un problema ¡de narices!

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Para llevar a cabo estos «rellenos» que crean volúmenes y además consiguen un efecto tensor de la zona se utilizan materiales de última generación (uno de los más comunes es la hidroxiapatita de calcio) que son biocompatibles, aunque algunos expertos advierten del peligro de posibles rechazos que estas sustancias pueden provocar en determinados individuos y de los problemas posteriores.

Por su parte, la rinoplastia es una operación quirúrgica que debe realizar un cirujano especialista teniendo en cuenta, por un lado, la salud del paciente (siempre en primer lugar) y por otro,el aspecto estético de la intervención, porque hay que tener en cuenta que el cambio «de nariz» modificará de manera notable tu rostro e incluso la expresión de tu cara, por lo que es importante que, si te decides a dar este paso, sepas perfectamente cómo vas a quedar.

La rinoplastia puede ser una buena solución en casos de desviaciones evidentes (nariz torcida), para hacer desaparecer de forma definitiva un antiestético caballete o para reducir la anchura de las fosas nasales.

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