Son las siete de la mañana, hace 23 grados centígrados y la luz intensa deja al descubierto el movimiento agitado de las personas que cada año se concentran en la puerta del hospital distrital de Manhiça. Un año más, la población de esta ciudad situada al sur de Mozambique se prepara, al igual que en otros lugares del mundo, para celebrar el Día Mundial de la lucha contra el Sida. Este síndrome, provocado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ha causado en solo unas pocas décadas alrededor de 35 millones de muertes.
Decenas de personas, en su mayoría mujeres, esperan a que lleguen los coches que las llevarán al punto de encuentro. Médicos, practicantes de medicina tradicional,enfermeros, autoridades políticas, militares, policías, líderes comunitarios, conselheiros, representantes de las ONG, ciudadanos y activistas, se disponen a desfilar bajo el mismo lema que este año en Mozambique será: Priozando a prevenção para acelerar o combate ao HIV e sida (Dando prioridad a la prevención para acelerar el combate contra el VIH y el sida).