Es muy simple. La rutina perfecta es aquella que te exige el esfuerzo justo para que el entreno resulte efectivo. El trabajo en el gimnasio siempre tiene que costarte.
Haz tu rutina el tiempo suficiente hasta que la domines completamente y llegado a este punto, exígete un poco más. Puedes hacerlo por varias vías:
- Cambiando los ejercicios (incluyendo otros nuevos que impliquen una mayor dificultad o el trabajo de otros músculos).
- Aumentando el número de repeticiones mientras reduces el tiempo de descanso entre ellas (ganarás resistencia)
- Recurriendo al peso en determinados ejercicios que ya notas que has superado (aumentarás fuerza y ganarás definición más rápidamente).
No puede establecerse un periodo de tiempo determinado en el que es conveniente variar la rutina. Depende de tus propios progresos, pero como término medio puede decirse que una rutina de entreno correctamente establecida puede valerte como mínimo 1 – 2 meses.
Pasado este tiempo, tendrás que empezar a notar los cambios físicos que son tu objetivo (si no es así, tu rutina no está resultando la adecuada).