Un Kevin Costner (Ethan Renner) que alterna permanentemente sus perfiles protagónicos, pero no es nada extraño en este film de género “combinado” o para los más críticos “indefinido” del director McG.
[pullquote]Este cóctel híbrido que propone McG versa entre lo relativamente entretenido y lo previsible[/pullquote]Las escenas de acción de Tres días para matar no están nada mal, pero en ciertas ocasiones parecen pegadas por la fuerza en el guión y la trama del film. Ethan, experimentado agente del servicio secreto y dedicado íntegramente a su profesión a costa de sacrificar a su familia, está transitando por la fase final de su vida debido a un tumor cerebral.
Pero no sólo deberá reparar en poco tiempo lo que descuidó durante años, sino que no podrá negarse a cumplir con una última misión, ya que en esta podría estar la reversión de su trágico desenlace.
Por descontado que nuevamente sólo aquellos héroes del servicio secreto de EE UU tienen la posibilidad de burlar todo aquello de lo que el resto de los mortales no se librarían. En medio de esta encrucijada, la vida de Ethan navegará en dos océanos contrapuestos y antagónicos: la presión de la gatubela impiadosa (Amber Heard-Vivi Delay) que guía a Ethan por su senda de eliminación de “malos”, y sus esfuerzos por ganarse la confianza de una hija (Hailee Steinfeld – Zooey Renner) un tanto resentida con él.