Cuando las trabajadoras Sexuales experimentan placer con los clientes

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Ella marca mucho las diferencias entre el sexo que vive en el trabajo y en sus citas personales: «Es un enfoque muy distinto. En mi vida personal estoy espiritual y emocionalmente dispuesta a abrirme físicamente de otra forma con mi compañero». El amor profundo lo cambia todo, y dice que aunque las acciones puedan parecer las mismas, sus motivaciones y deseos son muy distintos, porque busca el compromiso con la otra persona.

Sara, como Kitty, también ha querido liberarse de las creencias morales sobre sexualidad que preocupan a otras prostitutas. Se supone que las mujeres no deben ser promiscuas, que deben «ser monógamas y sentirse mal al practicar el sexo con otras personas«.

Samantha

Samantha está en la cincuentena y lleva 20 años ejerciendo de forma privada y tiene su propio negocio sexual, además de dirigir una empresa «normal» de cuidado de mascotas. Cuando la entrevistaron vivía con su pareja masculina y con una compañera de piso. Cuida mucho su salud, su forma física y su alimentación.

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