El delicioso desayuno del día 2 nos proporcionará las fuerzas para visitar el Palacio Imperial, más conocido como “la ciudad prohibida”. El siguiente paso puede será la célebre Plaza de Tian’anmen, una de las que encabezan el ranking de las más grandes del mundo. Desde allí podríamos dirigirnos al curioso Palacio de verano, ideal para almorzar en alguno de sus restaurantes. Ya por la tarde noche disfrutar de un espectáculo de acrobacias puede ser una buena buena decisión.
El tercer día permaneceremos en Pekín. La Gran muralla será prioridad y es posible que su imponencia nos demande una mañana de fotografías para nuestro álbum de uno de los más grandes símbolos de la civilización oriental. Por la tarde retornaremos al bullicio de la ciudad, un buen momento para realizar algunas compras en el Mercado de Seda. Y cuando nuestro estómago nos pida cenar, uno de nuestros consejos gastronómicos es un sabroso pato Laqueado de Beijing.