5. “¿Y por qué almaceno las grasas en las malditas cartucheras?”
Las grasas se encuentran a nivel subcutáneo. Es decir debajo de la piel. Y bajo las grasas encontramos la capa muscular. Cuando engordamos las células grasas o adipocitos aumentan de tamaño. Es lo que se conoce como hipertrofia. Una vez llenos, si continuamos engordando, aparecen nuevos adipocitos provocando lo que se llama hiperplasia. El crecimiento de nuevas células de grasa encuentran su lugar bajo la piel. Ójala la piel de todo nuestro cuerpo tuviese la misma capacidad para elongarse, así los nuevos adipocitos se distribuirían de forma repartida por todo nuestro organismo sin producir tantos quebraderos de cabeza. La genética influye en la proporción de grasa repartida por nuestro cuerpo. Y esta misma genética hace que te sea más fácil acumular grasa en las caderas y muslos si eres mujer, debido a que las enzimas de esas zonas que se ocupan de almacenar grasa son mucho más trabajadoras. La naturaleza se encarga de prepararte para cuidar de tu descendencia.