Sexólogos y expertos coinciden en los múltiples beneficios de las fantasías sexuales: aportan concentración, liberan tensión y mejoran la irrigación sanguínea. Además, la imaginación es el mejor aliado contra la monotonía: permite crear un sinfín de escenarios ficticios, estimulando la relación sexual (o la masturbación) y ayudando a evadirte. Así que ya sabes: ¡deja volar tu imaginación!
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