Almendras, avellanas, nueces, castañas, cacahuetes, piñones, pistachos… un sinfín de alimentos energéticos que incluimos regularmente en nuestra dieta mediterránea. ¿Pero conocemos realmente sus características y sus valores nutricionales?
Los frutos secos, considerados ya por los romanos como “los alimentos de los dioses” son aquel complemento de nuestra dieta que hace que tengamos un estado de salud excelente.
El CAE (Código Alimentario Español) define los frutos secos como aquellos cuya parte comestible posee en un composición menor del 50 por 100 de agua. Son alimentos grasos, ricos en fósforo, potasio, cobre, hierro y selenio y pobres en hidratos de carbono.
¿Sabéis cuáles son los beneficios saludables si ingerimos frutos secos?
– Controlan los índices del colesterol
– Reducen el riesgo de sufrir patologías cardiovasculares
– Potencian la buena circulación de la sangre
– Regulan la presión arterial
– Evitan enfermedades degenerativas como el cáncer, en concreto el cáncer de colon
– Su consumo evita la aparición de enfermedades intestinales