¿Sabías que determinadas dolencias pueden estar relacionadas con el rechazo a un alimento? No se trata exactamente de una alergia porque la intolerancia alimentaria no provoca una reacción inmediata en el organismo y resulta, por tanto, más difícil de detectar.
Los huevos, la leche y sus derivados, los cereales, la fruta fresca o los frutos secos son alimentos saludables que determinadas personas no digieren bien, en su conjunto o parcialmente (no toleran alguno de sus componentes). Cuando la digestión y la asimilación de nutrientes no se realiza de manera adecuada se habla de intolerancia alimentaria.
Las causas del problema son diversas, sobre todo genéticas y metabólicas y las consecuencias también varían de un individuo a otro. Molestias gastrointestinales, eccemas o erupciones cutáneas, dolores musculares y problemas relacionados con las articulaciones, e incluso síntomas de ansiedad pueden ser la forma en la que nuestro organismo manifieste una reacción adversa provocada por un alimento concreto.