Tras realizar una actividad física intensa, puedes también recurrir a los zumos y batidos vegetales o los preparados proteicos. Con ellos, no solo recuperarás el agua eliminada sino, además, las vitaminas y sales minerales que tu cuerpo pide «a gritos».
En esos momentos de «peligro» en los que necesitas tomar algo, no olvides los beneficios de los lácteos para una correcta alimentación. Un yogur con frutos secos (por ejemplo nueces), una porción de queso de Burgos, o un fermentado probiótico (kéfir) son magníficas opciones.
Por supuesto la fruta es también un tentempié ideal por su capacidad saciante y su aporte en agua, fibra, vitaminas y minerales. Elige aquellas que tengan menos calorías (manzana, pera, fresas, melón, sandía…).
También puedes tomar a media mañana verduras y hortalizas. Para no limitarte a la «triste» zanahoria, haz tu propio snack a base de hortalizas ralladas (cortadas tipo patatas paja). Corta en tiras finas apio, pepino, cebolla, rabanitos… Colócalas en un bol y adereza con unas gotas de aceite de oliva y alguna especia (por ejemplo orégano). Deja el recipiente en la nevera y recurre a él cuando el «gusanillo» se presente.