Normalidad a parte, las siluetas se vuelven mucho más relajadas, los pantalones suben el talle y aparecen repletos de pinzas para rendirle un homenaje a los años 90. Así han aparecido los de Giorgio Armani, Ports 1961, o Andrea Pompilio. Los cuellos, tanto en camisas como en camisetas, también se relajan y se abren hasta donde haga falta, como en las de Dries Van Noten y Bottega Veneta. Incluso hay quien se atreve con desprenderse de la camisa en los trajes, véase Versace, dándole un plus de esa sensualidad a la que nos tiene acostumbrados la firma italiana.
Los shorts se configuran como la mejor prenda para aguantar las altas temperaturas, pero en clave oversize, o sea, anchos y casi por debajo de las rodillas. Los hemos visto al más puro estilo boxeador en Moncler Gamme Bleu, de lana imitando a seda en Valentino, o de piel en Dsquared2.
Los nuevos materiales, sintéticos y tecnológicos, siguen estando en la cresta de la ola. El neopreno es el tejido estrella a la hora de diseñar bombers impecables como las de Neil Barrett o las de Les Hommes, más abullonadas y de un corte más moderno. También el plástico tiene su hueco en el desfile de Calvin Klein, dando un aspecto más que hi-tech a sus sudaderas y chaquetas.