Otra función de este sistema consiste en controlar con la mirada catálogos de determinados productos como por ejemplo carátulas de discos. El sistema consiste sencillamente en una cámara que identifica la mirada del consumidor tomando como referencia las esquinas de los ojos.
Según sus desarrolladores, una de las ventajas del Sideways es que no requiere el engorroso proceso de calibración para cada usuario que era necesario en tecnologías similares basadas en el ‘eye-tracking’.
Pero esta nueva tecnología, que según sus creadores podría llegar a los comercios en unos cinco años, también plantea algunos interrogantes en aspectos como el de la privacidad. Y es que, en cierto modo, el ‘eye-tracking’ se asemeja peligrosamente a una forma de leer nuestras mentes, por lo que el debate sobre lo que realmente queremos que revele nuestra mirada está servido.
Sin embargo, la tecnología de control ocular no sólo servirá para que los publicistas puedan escrutar aún más nuestros hábitos como consumidores. No hace falta recordar lo útil que puede resultar en el ámbito doméstico a aquellas personas que puedan sufrir, por ejemplo, algún tipo de parálisis.
