Según García, que los coches autónomos puedan desenvolverse por la noche sin poner en peligro la seguridad de sus futuros pasajeros ya es posible a día de hoy gracias a las cámaras láser que funcionan bien aun con falta de luz. No obstante, no todas las compañías apuestan todavía por el mismo tipo de sensor. «El vehículo de Tesla no funciona muy bien por la noche porque tiene cámaras de visión normal», señala el experto.
Mientras tanto, otros fabricantes como Ford, Google o Uber (a pesar de su reciente percance) sí van un paso más allá en lo que a la visión nocturna se refiere. «Los suyos sí funcionan porque tienen sensores láser, que no tienen necesidad de condiciones lumínicas favorables», afirma García.
Pero no solo de sensores vive el coche autónomo a la hora de ofrecer garantías de noche, con lluvia o en medio de una densa niebla. A la hora de enseñar a un vehículo a ver con poca luz, el procesamiento de las imágenes captadas con algoritmos de ‘machine learning’ también es esencial. «Captas muchas imágenes y los pones como ejemplos, etiquetados manualmente por una persona, para que un algoritmo de inteligencia artificial aprenda a partir de ellos», comenta el investigador de la Carlos III.