Se trata de contar, durante el coito, siete penetraciones superficiales (solo el glande) y después dos profundas y comenzar así un ciclo en el que van aumentando las profundas y disminuyendo las superficiales. Este podría ser un patrón, a explorar y variar según vuestro ritmo natural:
- Siete penetraciones superficiales y dos profundas.
- Seis penetraciones superficiales y tres profundas.
- Cinco penetraciones superficiales y cuatro profundas…
Y así hasta que las nueve sean profundas. Al terminar la serie, probablemente vuestro primer instinto, sobre todo el del hombre, sea continuar con las profundas. Resistirse a ese mecanismo, puramente reproductivo, es apostar por vosotros en lugar de por la especie. Haceos ese regalo.
La energía femenina o ‘ying’ está oculta: para hacerla brotar hay que adentrarse en su cuerpo llamando a ‘las tres puertas’
Para disfrutarlo más, os sugerimos que lo hagáis como colofón de una velada, no para empezar. Deteneos antes en otros contactos sin penetración: caricias, juegos con la lengua, miradas… Si aprendéis a esperar, llegará un momento en que se os olvidará aquello por lo que estábais esperando y os sentiréis plenos.