Los cometas son cuerpos de unos cuantos kilómetros de diámetro. Están compuestos por gases congelados junto a fragmentos de rocas y metales, los cuales se desplazan siguiendo una órbita elíptica alargada. Si por algo son famosos, es por sus kilométricas colas, las cuales pueden llegar a los 160 millones de kilómetros, más incluso que la distancia entre la Tierra y el Sol. Algunos cometas, como Hale-Bopp, pueden tener dos colas. Los cometas sólo se funden (y por ende, se vuelven espectaculares) cuando entran en el Sistema Solar y se evaporan sus gases.
Finalmente, debemos diferenciar a los asteroides. Se trata de objetos formados por roca y metales que orbitan alrededor de la Tierra y de un tamaño inferior a un planeta. Aunque la mayoría son diminutos, los hay de un kilómetro de diámetro o más. El mayor de todos es Ceres, con 1.000 km de diámetro. La mayoría se encuentran entre Marte y Júpiter, en el llamado cinturón de asteroides.