La primera impresión es importante, y lo mismo ocurre con las tarjetas de visitas. Al ser el sello distintivo del profesional, esta debe lucir una buena imagen. Con este objetivo en mente, el primer paso a seguir es realizar el diseñar que la tarjeta vaya a tener. Normalmente, las tarjetas de visita personales llevan impresos los datos personales tales como el nombre completo, la dirección, el teléfono y el correo electrónico a través de los cuales es posible contactar con el profesional. Asimismo, el cargo que se ostenta o a qué sector profesional pertenece es un dato vital que debe estar en la tarjeta. De este modo, las personas interesadas sabrán a quién acudir.
En cuanto al diseño de las tarjetas de visita personales, lo más recomendable es optar por una superficie donde los elementos se encuentren distribuidos de manera óptima, sin resultar demasiado cargado a la vista. Esto ayuda a que las personas sean capaces de ubicar los datos importantes y recordar la marca posteriormente. Del mismo modo, aquellos profesionales que formen parte de una empresa, deberán incluir el logo con los colores propios de esta. En cuanto a los colores de la tarjeta, aunque lo más idóneo es mantener un color neutro como el blanco, dependiendo de la profesión son muchos los que optan por un fondo atrevido.