La técnica de relleno es rápida y sencilla. Consiste en introducir, bajo la piel y por medio de finísimas agujas o cánulas, determinadas sustancias biocompatibles justo en el punto necesario para levantar esa zona deprimida que ha perdido su tersura.
Actualmente, la mayoría de las sustancias que se utilizan para rellenar arrugas son reabsorbibles, es decir, con el paso del tiempo el organismo las reconoce y las hace propias, por lo que su resultado es temporal. Según la zona del rostro a tratar y las características de la dermis de cada persona, se utiliza la sustancia inyectable más adecuada:
- Ácido hialurónico. Es el material de relleno más utilizado por sus buenos resultados y sus mínimos efectos secundarios. Una vez inyectado, este ácido ocupa el espacio bajo la piel que ha quedado vacío por la pérdida de colágeno (normal con el paso de los años). Estudios recientes apuntan a que esta sustancia no solo rellena, sino que estimula la acción de los fibroblastos (las células responsables de la generación de colágeno), consiguiendo así un rejuvenecimiento de la piel de forma natural y gradual. Será el médico especialista quien determine las pautas del tratamiento, estableciendo la densidad del ácido a aplicar y la cantidad necesaria (número de sesiones) para obtener resultados satisfactorios. Los efectos del relleno con ácido hialurónico duran una media de un año.
- Hidroxiapatita cálcica. Puede aplicarse sola o en combinación con otros materiales de este tipo, especialmente con el ácido hialurónico. Al igual que éste, la hidroxiapatita es biodegradable y reabsorbible. Resulta efectiva para corregir pliegues profundos como los del surco nasogeniano y actúa estimulado la regeneración del propio tejido conjuntivo.
- Ácido poliláctico. Menos conocido pero igualmente eficaz a la hora de favorecer la creación de colágeno subcutáneo. Sus resultados no se ven con tanta inmediatez como en el caso de las otras sustancias porque el volumen que crea es mínimo. Su efecto más valioso es la capacidad que posee para tensar la piel, dándole, de forma progresiva, un aspecto más suave y terso.
- Toxina botulínica. Es la reina de estas sustancias y suele formar parte de las fórmulas que combinan distintos materiales de relleno, los llamados «cócteles» rejuvenecedores y alisadores. En realidad, el botox (marca registrada) no rellena, sino que actúa relajando el músculo facial donde se aplica, para conseguir así eliminar la tensión muscular del área tratada y, en consecuencia, un alisamiento visible en la piel.
- Grasa corporal. Se trata de hacer un micro injerto de la propia grasa en zonas específicas (normalmente en los pómulos). Es una técnica compleja que requiere quirófano. Tras realizar una liposucción y tratar convenientemente la grasa extraída, ésta se puede utilizar para rellenar puntos estratégicos del rostro.
En cualquiera de estos casos, los resultados obtenidos son temporales. También existen sustancias de relleno semipermanentes (se pueden retirar pasado un tiempo), como por ejemplo el polimetilmetacrilato, que se presenta en forma de microesferas combinadas con gel de colágeno; y rellenos permanentes, aunque el uso de estos últimos está menos extendido porque en ocasiones puede tener efectos adversos, al tratarse de sustancias que el organismo no puede absorber o que puede rechazar.