Porque, para empezar, y por muy fácil que pueda parecer a primera vista, surfear es un deporte que requiere de un gran fondo físico. Una o dos horas remando encima de una tabla suponen un esfuerzo tremendo por parte del surfista y ayudan a fortalecer toda la parte superior del tronco (hombros, pecho, cuello, espalda) así como el corazón y la respiración.
Y es que luchar contra la fuerza del mar no es fácil en absoluto y requiere de una preparación extraordinaria para poder coger olas y regresar al punto de partida tras una serie.
Pero es que además, el surf también cuenta con una parte mental a veces menospreciada por los que buscan un deporte para practicar en su tiempo libre. El surf también tiene un poco de disciplina extradeportiva y es que es su contacto con la naturaleza en general pero con el mar en particular lo convierte en algo más que un deporte.