Esta sobrehidratación crea un ambiente propicio para el crecimiento estimulando la síntesis de proteínas. Es un error decir que la creatina provoca retención de agua, ya que ésta se lleva a cabo fuera de las células musculares, mientras que la creatina retiene el agua en su interior.
En cuanto a los aspectos indirectos, éstos están vinculados a los beneficios obtenidos durante el entrenamiento. Mejorando la fuerza, el poder, y la disminución del tiempo de recuperación, la creatina puede aumentar la intensidad del ejercicio y, en consecuencia, estimular la secreción de hormonas anabólicas (GH y testosterona).
Después de un mes, las reservas de creatina están generalmente saturadas y el músculo no es capaz de reaccionar a la suplementación adicional. Si se suspende la integración, los valores bajan y después de un mes vuelven a niveles «normales».
Aunque la suplementación con creatina puede mejorar el rendimiento deportivo, esta sustancia no entra en la categoría de sustancias dopantes compiladas por el COI. Es bueno aclarar que tomar creatina no tiene nada que ver con el dopaje.