Es preciso que te preguntes a ti mismo cómo te sientes practicando sexo, cómo crees que deberías sentirte o qué es lo que te condiciona a actuar de cierta manera. Está en ti elegir y recrear los sitios de donde sacas datos. Crea tu propio manifiesto sexual donde se detallen todas las cosas que te gustarían que estuvieran presentes para una relación íntima “perfecta”.
3 – Ir a nuestro interior: Con la meditación, por ejemplo, se puede llegar a los rincones más profundos de nuestro corazón y nuestra mente. Es ideal para descubrir cuál es el problema que tenemos en relación al sexo o a la intimidad. Es sin dudas una herramienta maravillosa que te llevará en un viaje muy enriquecedor porque además podrás aprender sobre otros aspectos personales que ni sabías que existían.
Conéctate con lo que hay dentro tuyo y deja que salga todo lo malo para que ingrese solo lo positivo. Todos los días dedica unos minutos a meditar, puede ser sentado en posición de loto o caminando por un parque en silencio, sin prestar atención a lo que pasa alrededor.