Vamos a la práctica…
– El primer paso es identificar este grupo de músculos. Al miccionar, trate de detener el flujo de la orina sin tensar los músculos de las piernas. «Imaginar que uno está orinando y querer interrumpir el chorro es la mejor forma de aprenderlo», detalla el doctor Manuel Ramón Diz Rodríguez, jefe de Urología del Hospital Universitario HM de Madrid. Aunque matiza que “es importante saber que este paso solo se hace para ayudar a ubicar el grupo correcto de músculos. Una vez hecho, nunca se debe interrumpir el chorro miccional, ya que puede ser perjudicial y provocar infecciones o alteraciones en el funcionamiento normal de la vejiga”.
– Algunos profesionales recomiendan otro truco a sus pacientes: simular que están aguantando una flatulencia. Con ese esfuerzo, también se trabaja el suelo pélvico.
– Una vez que es capaz de ralentizar o detener el flujo de orina y sentir la sensación de los músculos que tiran hacia adentro y hacia arriba, se han localizado los músculos correctos y está listo para comenzar el ejercicio con regularidad, por la mañana, tarde y noche.