Poe Dameron, intrépido piloto de la Resistencia, es encarnado por Oscar Issac. Y en mi opinión es el personaje menos agradecido de los nuevos, pues es un héroe de una sola pieza del que sabemos poco más que su gran determinación y habilidad a los mandos de un X-Wing.
En cambio, si hablamos del malo de la función, Kylo Ren, la cosa cambia. Adam Driver tiene aquí un caramelo y la oportunidad de entrar en el cine de gran presupuesto, con un personaje con muchas aristas. Un caballero Sith «a medio hacer», con muchas dudas y tentado por la Fuerza.
Y luego tenemos al general Hux, Domhnall Gleeson. Este parece un remedo del personaje que en su día encarnase Peter Cushing. Un hombre práctico, decidido y seguro a quien todo el misticismo de la Fuerza y los Sith no parecen quitarle el sueño.
El resto de personajes encarnados por Harrison Ford, Mark Hamill y Carrie Fisher están a modo de anclaje y conexión, tanto con la primera trilogía, como con los fans de toda la vida a los que lanzan un guiño cada dos por tres; siendo Han Solo el que goza de más minutos en pantalla.