El agua en sus distintas formas (líquida, vapor, hielo…) y temperaturas actúa a nivel corporal como un tratamiento más, que resulta de lo más efectivo. En el medio acuático, el cuerpo pesa menos y se desenvuelve con movimientos pausados venciendo en parte la gravedad (el impacto contra el suelo se reduce).
Cualquier lesión leve puede mejorar notablemente mientras disfrutas del poder del agua. Sin duda, un día de spa, eligiendo aquellas terapias que mejor te sienten, puede ser una de las maneras más agradables de cuidarte.
¡Al agua!
Pide consejo y, antes de zambullirte, ten claro lo que quieres conseguir (eliminar tensión, reactivar la circulación, aliviar dolencias…). La hidroterapia puede ayudarte con algunas opciones como por ejemplo:
- Circuito termal. Perfecto para iniciar tu sesión spa. Se trata de un recorrido básico por las distintas piscinas con las que cuenta el centro al que has acudido. Encontrarás, chorros a diferente presión, cuellos de cisne (para que el agua caiga sobre tus hombros y nuca), cascadas para masajear la espalda, zona de jacuzzi o hamacas sumergidas para un momento de relax. Hacer uno de estos recorridos una vez en semana puede ser una excelente terapia complementaria a tu ejercicio físico.
- Ducha bitérmica. Si quieres reactivar tu circulación y favorecer el correcto drenaje linfático, una ducha que alterne secuencias de agua fría-caliente, es uno de los tratamientos que resulta más efectivo. Una de sus variedades más conocidas es la ducha escocesa, que empieza en los tobillos y asciende por todo el cuerpo combinando perfectamente relajación y tonificación de los distintos grupos musculares.
- Flotarium. También se conoce como cabina de privación sensorial. Imposible no desconectar mientras flotas en esta bañera de agua a la que se ha añadido sales especiales para aumentar su densidad.
- Chorros a presión. Especialmente recomendables para masajear los músculos de la espalda gracias a la acción mecánica del agua «disparada» a gran presión. Alivia la tensión al tiempo que tonifica los músculos.
- Ducha Vichy. Se disfruta tumbado en una camilla sobre la cual pende una ducha horizontal (con distintos chorros que recorren todo el cuerpo). Es perfecta para realizar bajo ella distintos masajes relajantes o tonificantes.
Otras posibilidades