No hay duda de que correr es una actividad deportiva muy sana y que cada vez está más de moda, como podemos ver en la cantidad de carreras populares que se celebran en todas las ciudades del país. Sin embargo, a la hora de perder peso puede implicar una serie de riesgos que hay que tener en cuenta, sobre todo en personas con sobrepeso u obesidad.
El running puede ser muy efectivo por el gasto calórico que implica: solo media hora puede hacernos quemar hasta 450 calorías, por lo que para muchos es una opción muy atractiva tanto para hacer deporte como para perder esos kilos de más. Asimismo, correr nos permite realizar un entrenamiento tipo HIIT, que además del ejercicio cardiovascular tradicional, es una gran opción para la pérdida de peso.
Sin embargo, ¿por qué puede ser mejor elegir otras opciones?
En personas con sobrepeso y obesidad, correr puede suponer un esfuerzo excesivo. Y más si se trata de personas previamente sedentarias. Hay que tener en cuenta, en primer lugar, que un excesivo peso puede poner en riesgo las articulaciones: hablamos tanto de las rodillas como de las caderas, y más si la pisada no es correcta. Lesionarse a las primeras de cambio mermará notablemente la motivación de una persona cuyo objetivo es bajar kilos.