Asesorar, motivar y exigir a cada uno según sus posibilidades son las tres claves en las que se basa la labor de un personal trainer. Su trabajo consiste en establecer las pautas de un entrenamiento personalizado que consiga sacar lo mejor de ti mismo, optimizando resultados con todas las garantías de salud y efectividad.
Un buen entrenador es un profesional cualificado (¡ojo con el intrusismo!), que cuenta con la formación adecuada y que siente verdadera pasión por la actividad deportiva y por su trabajo.
Debe ser capaz de hacer una primera valoración general que incluya tanto aspectos físicos como psicológicos. Conocer tus posibilidades y características (fuerza, resistencia, flexibilidad…) y saber cuáles son tus objetivos es fundamental para que pueda elaborar correctamente tu rutina de entreno. Saber escuchar es parte importante de su trabajo.
Será él quien desarrolle un plan de entrenamiento hecho a tu medida, seleccionado los ejercicios, la técnica, las sesiones y el número de repeticiones según tu condición física y teniendo en cuenta tus metas. No es tu amigo, es tu entrenador y su misión es exigirte el máximo, siempre motivándote con una palabra de aliento y haciéndote ver tus progresos. Tu éxito es el suyo.