Las cosas no mejoran para BlackBerry. Según informa el New York Times, la empresa canadiense antes conocida como Research in Motion está explorando una posible fusión o venta de la compañía para tratar de salir de la crisis en la que se halla inmersa en los últimos años.

Mediante un comunicado, BlackBerry ha anunciado la creación de un comité especial para buscar alternativas estratégicas para lograr la viabilidad de la empresa, que a principios de año sacó al mercado su BlackBerry 10 en un intento de recuperar las posiciones perdidas en el competitivo mercado de los smartphones.

Sin embargo, el fabricante canadiense se encontró con que su nuevo modelo, que no incorporaba ninguna novedad revolucionaria, chocaba con un sector saturado y dominado por Apple, Samsung y los dispositivos que utilizan el sistema operativo Google Android.

Y es que se estima que el porcentaje de ventas de BlackBerry no llegaría actualmente ni al 3% de los modelos que se comercializan a nivel mundial.

Mientras algunos aún no han decidido el lugar donde pasar sus vacaciones, más de 100.000 terrícolas se han mostrado dispuestos ya a cambiarse de planeta.

Se trata de los aspirantes que ya han enviado su solicitud para participar en el fascinante y para algunos majadero proyecto llamado The Mars One, que pretende empezar a colonizar el planeta rojo dentro de una década.

Cualquier persona mayor de 18 años y que pague entre 15 y 38 dólares, dependiendo de la renta per cápita de su país, puede presentarse como candidato para una misión que -es importante recordarlo-, sólo incluye billete de ida.

De los 24 pioneros seleccionados, cuatro partirán ya hacia Marte en septiembre de 2022, y se calcula que se convertirían en los primeros marcianos en abril de 2023. Los futuros residentes del planeta rojo se prevé que habiten unas viviendas previamente construidas por robots.

El coste del primer viaje a Marte, que superaría los 6.000 millones de dólares, espera sufragarse con los ingresos derivados de patrocinadores, las cuotas de los voluntarios o de iniciativas como un documental de pago que explica el proyecto y presenta a algunos de los candidatos.

Dentro de poco, en la maleta para una escapada a la capital del mundo habrá que poner también el bañador. Porque el Consejo Municipal de Nueva York ha anunciado un plan de remodelación de la zona de la playa a orillas del East River, junto al puente de Brooklyn.

El proyecto, que se espera que se complete en unos tres años, transformará un tramo de la línea de costa olvidado y actualmente sin accesos y lo dotará de un paseo marítimo y de zonas donde poder practicar actividades recreativas, como el kayak.

Por el momento los neoyorquinos que quieran hacer un chapuzón tendrán que seguir desplazándose hasta playas como las de Coney Island y los Rockaways, ya que la contaminación del río impide que se permita el baño. No obstante, las ciudad espera crear en el futuro unas piscinas en esta nueva playa donde poder bañarse.

Además de una amplia explanada con bancos y muelles de pesca, se crearán barreras, humedales y marismas de agua y otras medidas preventivas que ayudarán a proteger las zonas más vulnerables contra futuras tormentas e inundaciones. Una lección aprendida tras el paso del huracán Sandy en 2012.