Si yo fuera rico…

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Se demostró que aunque no vayamos a heredar grandes fortunas, no nos toque la loto o no estemos metidos en política urbanística, todos tenemos nuestra lista íntima de deseos por si nos cayera encima una buena pasta.

Y lo cierto es que entre vuestros más de 120 comentarios, que podéis repasar aquí, hubo cartas a los reyes de lo más variopintas. Comprar oro, bugatis, casas, barcos, viajar, compartirlo con la familia y los amigos, pagar deudas… Vamos, que de ideas para eso no faltan.

Los hubo de insaciables como Marcelo Olmedo o Jesús Zamora Aguilera, a quien el milloncejo se les queda corto; místicos como Coromoto Padmore, que donaría una parte «para la obra de Dios». Los hubo de inversores, como Juan Antonio que compraría bonos y acciones, o Javier Gómez, que compraría acciones de Apple. Previsores como Suricato Ciaro, que lo gastaría en un plan de jubilación.

También ‘barcenarios’ como Salva Villaverde o Raul Lopez Espino, que tomarían el dinero y correrían hacia Suiza; traviesos como Xemita Rodriguez, que con el dinerito haría «de todo menos cosas buenas…» También muchos empiristas como Miguel Ángel Barroso Broncano («Dame el millón de euros y lo verás»), y otros que ya lo tienen todo planeado, como Gonzalo Niederleytner: «Irme a Dubai en un jet privado, comer en el mejor restaurante, alojarme en el mejor hotel, jugar al golf en el mejor campo y alquilar la mejor limusina». ¡Tráete un souvenir, Gonzalo!

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