El orgasmo conseguido mediante relaciones eróticas distintas al coito es de la misma calidad que el orgasmo conseguido con el coito. Si en algún momento no se consigue con el coito, no es necesario interrumpir la relación, ni tampoco resignarse a que ella no va a tener orgasmos. Simplemente, hay que usar una estimulación erótica alternativa al coito.
Si a pesar de ello la pareja desea aprender a jugar más con la excitación para prolongar algo más el coito, existen determinadas técnicas orientadas al reconocimiento progresivo de las sensaciones pre-eyaculatorias que pueden ayudar (siempre con la guía de un sexólogo/a).
Las cremas, sprays, lociones… u otro tipo de remedios no funcionan en estos casos. Tampoco resulta adecuado pensar en escenas desagradables o poco excitantes para retrasar la eyaculación. En todo caso pueden contribuir a que los encuentros eróticos en los que esté presente la eyaculación, se vuelvan desagradables.
En cualquier caso, a las parejas les suele enriquecer mucho ampliar su gama de relaciones eróticas, incluyendo por ejemplo, la masturbación mutua y el sexo oral… o el coito con estimulación del clítoris (todo ello favorece el orgasmo femenino). Si a pesar de ello la pareja no se siente satisfecha, o continúan con preocupaciones, lo ideal es acudir a un sexólogo/a.