Aunque las últimas encuestas han incluido en sus medias los juegos sexuales previos, seguimos dando resultados mucho más bajos de lo que cabría esperar. Si ir más lejos, en 2012 un equipo de investigadores de la Universidad de New Brunswick tomó la valiente decisión de medir la duración del sexo incluyéndolos y se estableció un promedio de 11 a 13 minutos para los preliminares y de siete a ocho de coito. Sin embargo la mayoría declaró que les gustaría que sus encuentros sexuales durasen aproximadamente el doble de tiempo.
En 1948, el 75% de los hombres tenían un orgasmo a los dos minutos de comenzar el coito. Eso sí es brevedad
Mientras las mujeres querían ocho minutos más de juegos previos y siete más para las relaciones sexuales, los hombres alargarían los preliminares en cinco minutos más y añadirían 11 minutos extra para el sexo, explicaron los investigadores.
Algo no cuadra: es complicado cumplir con las expectativas durante el coito vaginal y alargarlo en exceso, pero ¿qué problema hay con los juegos previos? No hay ninguna limitación física para alargar estos cuanto se desee. Más cuando ambas partes están de acuerdo en al menos cinco minutitos más de retoce. El coito es tan sólo uno de los ingredientes del sexo, un paso en el proceso de sentir placer, pero parece que sigue siendo el verdadero protagonista de las vidas sexuales heterosexuales.
¿Tenemos el sexo que nos merecemos?
A los problemas de comunicación sexual y los tabúes que aún son fuertes en nuestras sociedades se unen otros fenómenos como el efecto de dilatación del tiempo. “Como siempre dice un amigo heterosexual: ‘A veces pienso que hemos estado follando durante una hora y cuando miro el reloj sólo han pasado 15 minutos’”, ejemplifica la doctora E. Sandra Byers, coautora del mencionado estudio sobre los preliminates.