También sugieren no mirar a los ojos. El sexo provoca una conexión involuntaria si se trata de estar cara a cara. Los niveles de oxitocina producidos al mirar a los ojos a alguien, se potencian durante una relación sexual en la que los gestos de ambos generan un trance hipnótico que establece un contacto íntimo y forja conexiones intensas entre dos personas. “Evitar el contacto visual te ayuda a desconectarte del otro, a no vincularte, a generar menos sensación de intimidad. Perdiendo esta parte de humanización, se consigue mayor distancia, involucrarse menos y que el sistema hormonal no nos afecte tanto químicamente”, dice Marián Ponte. Helen Fisher recomienda “no acariciar los pechos a la mujer, porque se relacionan con la oxitocina y esta hormona facilita la conexión del apego, del vínculo en intimidad”.
Lo sabemos: el sexo sin besos ni miradas puede resultar de lo más frío. Si no eres de hielo para lograrlo, la clave está en la mentalización: tener muy claro lo que queremos… y lo que no. “Implica vivir el momento y saber dejarlo ir”, alega Maríán Ponte. “Es importante buscar qué nos sienta bien. Si la única manera que una persona tiene para no arriesgarse es pensar en su propio placer, es una forma de protegerse y relacionarse. No podemos establecer juicios porque hay tantas necesidades como individuos y modos de establecer relaciones en la intimidad, dado que, hay muchas sexualidades. Lo importante es no usar la seducción de manera que dañe a la otra persona, conocer los límites, darse cuenta de lo que hay en ese momento y buscar éticamente lo que puede darse”.