[/nextpage]
[nextpage title=»VERANO» ]
Verano, luz y relax
En verano, a la estimulación fisiológica que supone el aumento de la vitamina D y las hormonas en nuestro cuerpo, o las estimulaciones visuales (vamos más ligeritos de ropa), sumamos factores psicológicos: baja el estrés. La mayoría de nosotros disfrutamos de periodos vacacionales más o menos largos que nos permiten olvidarnos de nuestras preocupaciones diarias.
Y la ecuación entre estrés y sexo es clara: un estudio realizado por el Instituto de Medicina Sexual y el centro BNascia revelaba que el 60% de los pacientes con problemas de salud sexual presentaban índices de «depresión moderada o depresión severa», y un 35% un nivel medio-alto de ansiedad.
Por los visto, el perfil medio de los hombres que acuden a consulta es el de un hombre de entre 35 y 55 años, un puesto de responsabilidad profesional y con hijos.
Ahora bien, está también demostrado que el verano no siempre es una luna de miel para la pareja: más allá del sexo, si la pareja ha acumulado y aparcado problemas durante el resto del año, el hecho de convivir más en verano puede suponer más un problema que una bendición.