En ocasiones, agotar el recurso lleva a algunas parejas a perder la magia. El preámbulo a la penetración queda en el olvido y el momento clave decae hasta convertirse en una rutina desagradable o aburrida. El sexo debe ser una práctica totalmente placentera que los deje rendidos y satisfechos. Cuando ésta comienza a parecer una “responsabilidad”, más que una elección, la estimulación de las zonas erógenas se bloquea hasta convertir el jugueteo sexual es una actividad física sin sentido, acción ni reacción.
Lo que pocos saben es que el orgasmo puede alcanzarse por completo sin penetración. Esta técnica da cabida a dos cosas importantes; la primera es que el sexo dejará de ser una rutina en la que después de algunos besos ustedes se quitan la ropa para comenzar a tener relaciones de las que no obtienen absolutamente nada. La segunda, que las prácticas o técnicas que utilicen para excitarse mutuamente serán nuevas y distintas, pues éstas nunca culminarán en la penetración.