Uno de ellos, realizado por la Universidad de Duke en Durham (Estados Unidos), demuestra que los monos prefieren observar fotografías de los traseros de las hembras de la misma especie antes que un zumo, es decir, alimento. No cabe duda de que, por mucho que lo neguemos, el sexo nos importa y mucho. Así que, ¿qué ocurre en nuestro cerebro mientras experimentamos un orgasmo?
El sexo, una herramienta evolutiva
En primer lugar, conviene recordar que el placer experimentado durante el coito tiene una evidente función evolutiva: puesto que se trata de una de las actividades más placenteras que puede llevar a cabo un hombre, si no la más, nuestros antepasados se veían impulsados a llevarla a cabo, lo que permitió la perpetuación de la especie. Como puso de manifiesto un estudio realizado en 2010 por el profesor de Harvard Daniel Gilbert, el sexo era la actividad calificada con una mayor nota por sus practicantes, con un 92, frente a hacer ejercicio (77) y charlar (71).