Los síntomas
Según varios estudios, la cita con el o la amante se prepara, aproximadamente, con una semana de antelación para poder preparar la coartada. Y las excusas no han variado mucho en las últimas décadas: reuniones de trabajo, cenas con amigos, tardes de compras y recados e, incluso, viajes laborales. Si la historia se alarga en el tiempo, es habitual notar algunos cambios físicos en la pareja: va más al gimnasio, compra ropa nueva, hace dieta o, incluso, se hace algún arreglo estético. También se gasta más dinero, nada resulta gratis en esta vida: entre las citas y algún que otro regalo el presupuesto se dispara. Los teléfonos móviles son los encargados de la comunicación entre los amantes. Los más ‘profesionales’ en el tema llegan a tener un segundo teléfono para comunicarse con su amada o amado ocasional.
Por qué engañan ellos
El psicoterapeuta estadounidense Robert Weiss recogió en el libro ‘Todo sobre la infidelidad masculina’ las razones que llevan a un hombre a engañar a su mujer. Suelen ser personas que realmente nunca creyeron en la monogamia,aunque es probable que le hicieran creer que sí a su pareja. En general, se sienten inseguros, ya sea por su físico o su situación social, y atraer a una nueva persona es un modo de vencer ese sentimiento. En general, no son conscientes de las repercusiones de sus acciones, creen que si su pareja no se entera, no están haciendo ningún mal a su relación.
Pueden estar atormentados por conflictos emocionales en su infancia. Suelen tener una idea equivocada del amor: cuando no experimentan la pasión del principio, han de buscarla en otro lugar y pueden sentir que su vida, en los demás aspectos, es aburrida. En algunas ocasiones, puede que quieran acabar con la relación que tienen y no se atrevan a hacerlo, por lo que buscan una escapatoria para no afrontar el problema.